Los aspectos vitales, por los que te has ido entregando en tu lucha comienzan a tambalearse y ves como dejan de figurar entre tus prioridades. Son otros aspectos los que han ido irrumpiendo, desde el convencimiento inicial que le has ido otorgando de trivial. Ahora tus planteamientos, las circunstancias y las adversidades te hacen plantearte un nuevo concepto de los valores por los que realmente merecen la pena el ir luchando y defendiendo. Ante esta tesitura te planteas realmente la existencia y los motivos de tu defensa.
La actuación de Rupert Everett es genial. La melancólica música lo sumerge a uno en ese doble mundo: fingir lo que los demás esperan o expresar los verdaderos sentimientos. Y al final se comprende que para ganar primero hay que perder.
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